La presión al alza de los precios está desconfigurando las previsiones del Gobierno sobre el gasto en pensiones. Tras el repunte de los últimos cinco meses por encima del 2%, y con el último dato correspondiente al décimo mes del 2,3%, la Seguridad Social afronta un encarecimiento de la factura de pensiones de 2.800 millones en 2019 entre la subida anunciada por el Ejecutivo en función del IPC, que sumará a la nómina ordinaria 1.800 millones de euros y el pago que se realizará en enero por la desviación de las previsiones de inflación para el presente ejercicio -del 1,6%-, calculado 1.000 millones más.
Esta será la primera consecuencia del repunte de los precios, al margen del encarecimiento de la conocida como cesta de la compra, para el gasto de la Seguridad Social en la partida de pensiones, más aún después de que en septiembre el Pacto de Toledo acordase una fórmula de revalorización ligada a la incremento de la inflación y de que el Gobierno de Pedro Sánchez asumiese ese consenso en la negociación del Presupuesto de 2019 con Unidos Podemos, donde se refleja dicha subida. Es más, este aumento de las cuantías estaría garantizado aun con las Cuentas del PP prorrogadas, ya que en ellas se incluye el acuerdo entre populares y el PNV para que las cuantías se eleven también en 2019 con la inflación.
En el escenario más duro, de mantenerse la inflación en el 2,3% -van cinco meses consecutivos por encima del 2,2%- la paga única de enero ascendería a 700 millones en el caso de las pensiones contributivas y de 300 millones en las no contributivas -cabe recordar que a final de julio ya se realizó el primer desembolso extraordinario del 1,6% pactado entre PP y PNV por valor de 1.600 millones-. Así, la inflación sería responsable de un factura de 2.600 millones en 2018 (incluida la compensación de enero) y de 1.800 millones más en 2019, o 2.800 millones si se computa el gasto de enero en la nómina del próximo año.
Sin embargo, de cumplirse las predicciones de menor alza inflacionista en los últimos meses, ante un escenario del 2%, se traduciría en un ahorro de la llamada ‘paguilla’ de 300 millones, de modo que la compensación de enero ascendería a los 700 millones entre contributivas y pensiones mínimas.
Cabe recordar, que además del acuerdo entre populares y PNV, que implica de entrada que la nómina de las pensiones se encarecerá el próximo año en 1.800 millones de euros, tras la llegada del Gobierno socialista, el gabinete de la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, anunció que el Ejecutivo afrontaría en enero de 2019 un pago único para todos los pensionistas compensando la desviación del IPC previsto, del 1,6 a 2,3, o 2% en el mejor de los escenarios.
Abaratamiento del petróleo
“Con el IPC de octubre no nos queda más remedio que esperar para el mes de noviembre un 2% en tasa interanual y un 2,2% en diciembre. Con lo cual, habría que subir adicionalmente las pensiones para compensar por la desviación de la inflación”, explica el investigador de la Universidad Essex, Javier Santacruz.
El experto explica la ligera pérdida de ímpetu de la inflación en los dos últimos meses del año porque los componentes más inflacionistas siguen siendo los alimentos no elaborados y los servicios, y aquí aunque el petróleo bajara más de lo que ya lo está haciendo, no sería suficiente. “Así que cerraremos 2018 en el 2% o incluso ligeramente por encima”, sentencia.
Fuente: Club de Emprendedores