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Solo el 2% de los emprendedores financió su negocio con programas públicos en 2017

En el año 2017, sólo el 2,87% de los emprendedores utilizaron los programas públicos como medio de financiación inicial para su negocio. Una fuente que se encuentra situada muy por debajo de otras como el ahorro personal, los familiares o las instituciones financieras, según el GEM Global Entrepreneurship Monitor.

Para las personas que emprenden, la obtención de financiación es un factor crucial que puede determinar el éxito del negocio. Sin embargo, en las primeras etapas del proceso emprendedor, cuando aún no se han generado suficientes ingresos que permitan validar el modelo de negocio ni se cuenta con un historial o activos que sirvan como garantía, resulta difícil conseguir financiación a través de canales tradicionales como los bancos.

El origen de capital semilla empleado por los emprendedores nacientes identificados en el 2017 fue variado, siendo la principal fuente de financiación sus ahorros personales o capital propio. Así, en promedio el 52,2% del capital inicial fue cubierto con ahorros personales y esta media es significativamente mayor que el 21,9% que representa el capital semilla proveniente de instituciones financieras, así como también esta última es significativamente mayor que el 14,0% que representa el capital semilla proveniente de familiares.

El resto del capital semilla proviene en promedio, por orden de importancia, de inversores especializados como los ‘business angels’ (5,7% del capital semilla medio), de otras fuentes no especificadas (3,3%), de programas públicos como subvenciones o ayudas del gobierno (2,9%), y de amigos (0,2%).

Sin embargo, como se puede concluir de los intervalos de confianza de las medias, entre estas últimas fuentes no hay diferencias significativas que permitan afirmar que una fuente es más relevante que otra, a excepción del capital inicial proveniente de amigos que es claramente escaso o nulo en el conjunto de la muestra de negocios nacientes identificada.

En consecuencia, la demanda de capital por parte de los negocios nacientes requiere ser alineada con la oferta de otras fuentes alternativas de financiación dirigidas a invertir en iniciativas emprendedoras. Aproximadamente el 83,8% de los emprendedores involucrados en negocios nacientes en 2017 necesitó capital inicial para la puesta en marcha, mientras que el resto pudo arrancar su negocio sin invertir dinero.

Sin embargo, cada negocio naciente es único y sus demandas de capital son tan distintas que, entre los que necesitaron dinero para arrancar, el monto requerido varió desde los 50 euros hasta los 4 millones de euros.

Aunque el capital semilla promedio fue de 93.552 euros, el porcentaje de emprendedores nacientes que necesitaba una inversión inicial por encima de la media fue inferior al 20%. De hecho, según la mediana, al menos el 50% de los emprendedores nacientes necesitó no más de 20.000 euros para arrancar su negocio y, según la moda, la inversión de capital semilla más común fue también de 20.000 euros.

En comparación con los años anteriores, las necesidades de capital semilla promedio del último año son más o menos similares a las observadas en el 2016 (97.563 euros), pero superiores a las observadas en el 2014 y el 2015 (en torno a los 55.000 euros). Asimismo, la cantidad máxima de capital semilla requerida por al menos la mitad de los emprendedores nacientes en el 2017 fue igual que la registrada en el 2014 (20.000 euros) y mayor que la registrada en el 2015 y el 2016 (17.810 y 15.000 euros, respectivamente).

Con ello se puede afirmar que en los últimos años los negocios nacientes se muestran relativamente más ambiciosos en términos de inversión, en línea con las mejores expectativas que presenta la economía española.

Fuente: https://www.elempresario.com/


Fuente: Club de Emprendedores