Ana María García González
Es la gerente de Teleplaca Renovables. Rebautizada en su sector como “Ana Teleplaca”, detalla divertida, estudió Empresariales y Marketing en ETEA, hoy Loyola Andalucía. En aprendizaje constante, se sabe talentosa para las relaciones sociales.
¿Qué ofrece Teleplaca Renovables a los andaluces?
Somos una empresa seria y responsable con nuestro entorno, con la misión de informar de las ventajas de las energías renovables a particulares y empresas, y proporcionar una alternativa a la generación de electricidad de una forma limpia y asequible.
Un proyecto empresarial es, obviamente, un proyecto personal. ¿Qué historia de superación profesional hay detrás de Teleplaca Renovables?
Teleplaca surge como el reto personal de ofrecer a los clientes ese tipo de servicio que a mí me gustaría me dieran. Poder organizar y gestionar una empresa según mis valores y mis conocimientos; ofrecer a mis trabajadores también un ambiente laboral confortable y una empresa donde poder desarrollarse.
¿Cuál es tu mayor baza como empresaria; tu mayor fortaleza?
Diría que mi mayor fortaleza es la ilusión, la pasión. Sin ella no podría liderar este proyecto. Y mi mayor baza o mejor activo es mi gente, mis trabajadores, mis compañeros. Sin ellos la empresa no tiene ningún sentido. Las personas son las que transforman cualquier proyecto. No es fácil rodearse de un buen equipo y mantenerlo en el tiempo. Ese es un reto también. Y mi gente es la que me levanta cuando estoy en momentos más delicados.
¿Quiénes han sido tus mayores aliados en tu trayectoria?
Por un lado, mi “mentor”; una persona que confió en mí desde el primer momento, que me hizo creer que era capaz y que me acompaña en el día a día. También mi familia, que confía en mí plenamente y me facilita y entiende mi rutina. Y grupos de sinergias varios: entre ellos, destaca la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO).
Hablamos de aliados, pero hagámoslo también de maestros. ¿Quiénes son tus referentes y a qué empresas andaluzas admiras?
Blanca Torrent, directora general de Aceitunas Torrent, por su cercanía, su capacidad de trabajo y de organización; por su entrega a los demás para que Córdoba sea una ciudad más visible y se generen sinergias entre empresas. También, Inmaculada Pérez Figueroa, gerente de Incentifor y presidenta de FEPC, el Foro de Empresarias y Profesionales de Córdoba. Es una persona con una fuerza y pasión increíbles, capaz de movilizar y crear sinergias entre personas y empresas. Con una gran generosidad porque trabaja para que otras empresas puedan crecer y dar visibilidad a la mujer trabajadora. Admiro igualmente a Grupo del Sol Soluciones software. He tenido la suerte de conocerlos y me encantó su filosofía de empresa, muy enfocada al bienestar del trabajador y cómo eso se traslada al cliente.
¿Cuál es vuestro valor diferencial dentro del sector?
Intentamos dar un trato lo más personalizado posible, visitando al interesado e informando de todos los aspectos técnicos de una instalación solar: las ventajas de generar nuestra propia electricidad, el tiempo de amortización… Ofrecemos facilidades de pago, para no tener que realizar desembolso inicial, y un servicio post venta personal también. En nuestras instalaciones tratamos personalmente cada consulta. Nuestra diferencia fundamental es el personal que forma Teleplaca y la metodología de trabajo.
¿Cómo contribuye Teleplaca a esa Andalucía más sostenible, con empresas respetuosas con el entorno, a la que aspiramos con la Agenda 2030?
La nuestra es una apuesta total por una Andalucía más sostenible, pues ofrecemos una alternativa a las energías fósiles que contaminan y con un acceso costoso. Apostamos por una fuente natural y gratuita de energía para generar electricidad como es el Sol. Con una instalación solar fotovoltaica de Teleplaca generamos electricidad gracias a la energía solar, reduciendo nuestra factura de la luz considerablemente.
¿Cuál era la situación de tu empresa y qué sucedió a partir de marzo de 2020?
En el primer trimestre de 2020 estábamos totalmente en recta ascendente de producción y facturación; la empresa se había consolidado a lo largo de 2019 y comenzamos 2020 con un gran crecimiento. De la noche a la mañana, como el resto de empresas, sufrimos un parón total. Fueron meses muy duros de incertidumbre, donde me vi con mi empresa en ERTE y yo gestionando todo desde casa con un escenario de incertidumbre absoluta. Afortunadamente, en mayo de 2020 empecé a incorporar a trabajadores, en julio estaba ya toda la plantilla al completo y aquel verano fue muy bueno. Desde ese momento, por suerte, no hemos parado de crecer.
¿Qué lecciones os ha dado la pandemia y en qué aspecto la crisis COVID-19 os ha ayudado a crecer?
Nos ha ayudado a palpar la realidad de la inestabilidad. No podemos confiarnos ni en el mercado ni en las situaciones; todo pasa y puede cambiar de un día a otro. Y hay que tener mentalidad de cambio continuo, de aceptar rápidamente y buscar soluciones en lugar de lamentarnos. De otro lado, nos ha descubierto las ventajas del teletrabajo y nos recuerda la falta que nos hace el “roce” diario con nuestros compañeros, que necesitamos vernos y reírnos juntos.
Según tu experiencia, ¿en qué medida el asociacionismo empresarial contribuye al desarrollo de un proyecto?
Contribuye muchísimo. Acudí a CECO en el peor momento de la pandemia ante un problema con el ERTE y enseguida me estaba llamando uno de sus asesores para informarme de qué tenía qué hacer para solucionarlo. Nos tienen continuamente informados sobre todo tipo de materias, formación, reformas, noticias de interés, foros, encuentros empresariales… Así puedo conocer al resto de empresas de mi entorno. Para mí es indispensable y de gran ayuda pertenecer a CECO y otras asociaciones de empresarios.
¿Cuál sería tu deseo para la economía andaluza en los próximos meses y en qué debe dar un salto nuestro tejido productivo?
Deseo estabilidad. Que la suma de factores económicos, sociales y legales nos den estabilidad para desarrollar nuestros proyectos. Tenemos que dar un salto como empresas serias y responsables: hay que acabar con la competencia desleal; es decir, aquella que se salta las “reglas del juego”. Esas empresas no tienen a su personal dado de alta, no tienen contratados los seguros de su sector, prevención de riesgos laborales, protección datos y el largo etcétera de obligaciones que sí cumplimos las empresas serias. Si no tienen estos gastos evidentemente pueden poner unos precios “reales” y se cargan la competencia real del mercado. Además de hacer un gran daño porque no son profesionales y acaban “estafando” al consumidor y dando mala imagen al sector. Y deseo que haya muchas personas que se ilusionen por proyectos y quieran llevarlos a cabo para crear puestos de trabajo y hacer crecer nuestra Comunidad ayudando a generar bienestar social.