Qué es y por qué resulta importante para tu proyecto
Para una startup que comienza a dar sus primeros pasos, el diseño de un producto sencillo y a la vez atractivo es tan fundamental como los plazos de desarrollo que dicho producto conlleva. Cuando la idea es buena, y el trabajo tras ella serio y bien fundamentado, ser ágiles en la producción y adelantarse a posibles competidores en el mercado es una estrategia que suele conducir al éxito.
Sin embargo, los emprendedores menos experimentados pecan en demasiadas ocasiones de idear productos excesivamente complejos, repletos de funcionalidades y características que consideran novedosas pero que, en realidad, deben ser testadas por quien al final tendrá la última palabra sobre el éxito o fracaso de la iniciativa: el consumidor.
Si bien a la larga disponer de un producto completo que cubra distintas necesidades del cliente puede ser una ventaja competitiva importante, para una empresa en sus primeras etapas de crecimiento el corto plazo es una realidad mucho más tangible. Por eso te recomendamos conocer mejor el concepto de Producto Mínimo Viable (o MVP, del inglés Minimum Viable Product), si ya tienes un proyecto en marcha o una idea de negocio que pronto pondrás en funcionamiento.
¿Qué es un Producto Mínimo Viable?
Probablemente el nombre de este término ya te dé pistas de en qué consiste. La idea del Producto Mínimo Viable se extrae directamente de la metodología Lean Startup, y consiste en la creación de un prototipo que reúna exclusivamente las características y funciones imprescindibles para ser lanzado al mercado.
El objetivo de lanzar esta “versión beta” del producto no es otro que el de recopilar todo el feedback posible del principal segmento de consumidores de la idea, los llamados early adopters, en menor plazo y con un coste mucho más ajustado que si la startup trabajara en una versión más avanzada de ese mismo producto.
De esta forma, a través del Producto Mínimo Viable el emprendedor tiene la oportunidad de conocer de primera mano cuáles son las necesidades reales de su mercado, cuáles había pensado incorporar pero no se están apreciando tanto, y qué otras funciones puede descartar definitivamente de su producto, porque están siendo rechazadas por los consumidores potenciales. Todo ello, minimizando esfuerzos, costes y tiempo de producción.
¿Cómo te ayuda el Producto Mínimo Viable si tienes una startup?
Cuando un emprendedor decide lanzarse al mercado empresarial con una idea de negocio, lo más habitual suele ser encontrarse en una primera etapa en la que las tareas se multiplican, los tiempos se encogen y los recursos escasean.
En muchos casos, el día a día nos impulsa a tomar decisiones importantes basadas en una experiencia teórica y no práctica, lo que en demasiadas ocasiones acaba con desagradables sorpresas a la hora de vender un producto final. Por ejemplo, por haber invertido mucho tiempo en determinada funcionalidad que parece no estar siendo apreciada por el consumidor, por haber apostado fuerte en marketing por destacar un concepto que termina siendo equivocado, por haber realizado una fuerte inversión tecnológica en un aspecto que a largo plazo no será competitivo… o sencillamente, porque la competencia se adelanta en el lanzamiento debido a los retrasos sufridos.
La metodología que defienden el Lean Startup y la conceptualización de un Producto Mínimo Viable ayuda al emprendedor a descubrir importantes pistas sobre su propia idea antes de realizar una inversión mayor. Por eso, si te encuentras en una fase inicial en tu negocio y cuentas con recursos limitados para lanzar tu proyecto, el MVP te será de enorme ayuda para minimizar errores, acortar tiempos y sondear el mercado antes de poner toda la carne en el asador con versiones más completas de tu producto.