Existe una serie de señales de alerta que indican claramente que algo no funciona bien con una determinada empresa proveedora. Por ejemplo, si nos enteramos que el estado financiero de una empresa no es bueno, nos debe de poner en modo precaución y anticiparnos a posibles situaciones de quiebra o de deterioro de la calidad. Otra señal de alarma se dispara cuando se producen demasiados cambios y demasiado continuados en el seno de una empresa. Atención, si algo ocurre dentro de una organización, acabará por afectar a toda su red de influencia. También puede ocurrir que la empresa deje de ofrecernos precios competitivos, en cuyo caso habrá que valorar la situación y la posibilidad de ampliar el banco de proveedores hacia escenarios más competitivos. En todos los casos habrá que plantearse la revisión o anulación de los contratos.
¿Cuándo debo cambiar de empresa proveedora?