“Invertir en alianzas es invertir en futuro”
Más de 20 años de experiencia en un sector te aportan tablas y un profundo conocimiento de la labor que desempeñas. Junto a eso, una filosofía de trabajo basada en el respeto, la profesionalidad y la construcción de lazos estratégicos son los ingredientes perfectos para alcanzar el éxito.
Daniel Jorge Houche, arquitecto técnico sevillano de 44 años, decidió utilizar esta fórmula allá por el 2000, cuando su inquietud profesional le llevó no sólo a inventar un producto y patentarlo, sino también a fundar una empresa que a día de hoy está entre las cinco primeras de España en su sector. Para Daniel, la crisis vivida en la construcción ha servido para superar retos y limitaciones, descubriendo que la globalización abre puertas a nuevos caminos.
Te presentamos su perfil y su empresa en esta entrevista.
Define en unas pocas líneas en qué consiste tu proyecto.
En el año 2000 decidimos diseñar y patentar un sistema de encofrado para la construcción. El encofrado es ese molde que se usa para hacer estructuras de hormigón. Pedimos ayuda a los encofradores, que son los que más saben, y aunamos nuestros conocimientos para crear un producto revolucionario, que aún hoy sigue batiendo records de ventas en todo el mundo.
Lo fabricamos y lo comercializamos en venta y alquiler en España, y en varios países más, desde nuestras delegaciones en Madrid, Valencia y Málaga.
Cuéntanos cómo nació la idea original que te llevó a emprender.
Mi socio y yo éramos empleados de una empresa catalana líder en el sector. Ambos éramos demasiado inquietos, y decidimos emprender. Fue una decisión difícil pero ilusionante. Fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. La vida del emprendedor es apasionada, y cada día hay un nuevo reto y una nueva sorpresa.
Desde el origen de la idea, hasta lo que es hoy, ¿qué es lo que más ha cambiado?
La ilusión por el proyecto ha cambiado. Hoy tenemos mucha más. Hoy pienso en que mis hijos puedan seguir construyendo lo que yo empecé hace casi 20 años, y la globalización nos permite pensar en grande. Es un reto de dimensiones excepcionales para la vida de una persona. Constituye una gran motivación para mí.
¿Te acompañan socios/as en el proyecto? ¿Qué papel juega cada uno/a?
Tengo un socio en España desde hace 16 años. Nos asociamos siendo muy jóvenes y decidimos emprender este camino juntos. Hoy somos como hermanos, y nuestra relación ha madurado con nosotros. Hemos aprendido mucho juntos. La convivencia no es fácil, pero cuando está basada en el respeto y la tolerancia, las cosas terminan saliendo. Ambos compartimos los mismos valores, y son los que tratamos de transmitir a las nuevas generaciones que vienen detrás. Tenemos la suerte de haber encontrado unos socios fantásticos en Colombia, con los que estamos emprendiendo en todo el continente americano.
Respecto al rol de cada uno de nosotros, mi socio es responsable del área administrativa y financiera, y yo me hago cargo del departamento técnico y comercial. Compartimos la gerencia y nos coordinamos con gran precisión. Ambos creemos firmemente en el trabajo en equipo como premisa irrenunciable para que una empresa pueda crecer. En ese sentido, dedicamos horas cada día a hablar y a disfrutar debatiendo sobre la actualidad de nuestra compañía. Un modelo de gestión gerencial y ejecutiva que tratamos de exportar a nuestras filiales en Latinoamérica.
¿Cuál es el “siguiente nivel” de tu negocio? ¿Qué esperas para el medio-largo plazo?
Sueño con la consolidación de nuestra empresa en el mercado internacional. Me veo operando en toda Latinoamérica. Es un continente apasionante y amable. Creo que tiene recorrido y mucho más que un idioma en común con España.
¿Crees que es importante la suerte para un emprendedor?
Quizás en los primeros momentos del proyecto, cuando los recursos son justos, la suerte puede ser una buena alidada. Alguien dijo que la ausencia de suerte ahoga el mejor talento. La suerte siempre juega su papel, pero no es determinante, y en un proyecto a largo plazo, los aciertos y el trabajo bien hecho permiten que la suerte quede en un segundo plano.
¿Cuál dirías que es la “fórmula mágica” que te está funcionando como emprendedor?
La fidelización es la verdadera fórmula del éxito. Focalizo mi esfuerzo cada minuto por alimentar las alianzas estratégicas que voy creando. Potenciarlas y consolidar aquellas que verdaderamente merecen la pena, sumando aliados en la vida personal y profesional. Empezando por mi familia, en la que creo por encima de todo, siguiendo por mis socios, por mi equipo de trabajo, mis proveedores y, por supuesto, mis clientes. Darlo todo por ellos es una garantía de éxito a medio y largo plazo.
En tu desarrollo como emprendedor, ¿dirías que la crisis actual es una oportunidad, o un freno?
Desgraciadamente ha representado un freno en el ámbito económico, pero también una gran oportunidad vital. Por culpa de la crisis, mis ingresos han disminuido considerablemente, pero al mismo tiempo he aprendido a reinventarme, a internacionalizar mi empresa, a buscar nuevos socios y nuevos mercados y, lo mejor de todo, me he reencontrado con mi familia. En los años del “boom” apenas la veía. He salido ganando, no me cabe duda.
Cuando comenzaste el proyecto, ¿cómo solucionaste el tema económico? ¿Alguna fórmula que te funcionara especialmente bien?
Siempre hemos sido muy prudentes financiándonos. Pedí prestado lo que sabía que podría devolver. En los años buenos reinvertí todos mis beneficios, y hoy mi empresa está saneada. Es algo que volvería a hacer. La financiación externa es necesaria para impulsarte, sobre todo al principio, pero has de tener mucha seguridad en que tu producto y el mercado son compatibles. El retorno debe estar muy claro, porque puedes estar hipotecando tu futuro si algo falla.
Si pudieras volver atrás, ¿hay algo que cambiarías en tu trayectoria como emprendedor?
Habría comenzado antes mi internacionalización. El emprendedor español tiene esta asignatura pendiente por una cuestión cultural, y espera al último momento. Sin embargo, todo es más fácil cuando hay recursos propios o el apoyo de las entidades financieras. Cuando más he necesitado ese apoyo para salir fuera, es cuando menos capacidad y ayuda tenía. Esperé demasiado y este hecho frenó nuestro crecimiento.
¿Cuál dirías que ha sido el mayor éxito hasta ahora logrado por el proyecto? ¿Alguna “espinita” clavada?
Nuestra patente, producto y marca están en más de 15 países. Este sin duda es un gran éxito. Sin mi socio y nuestro equipo de trabajo no hubiese sido posible. Me siento muy orgulloso de ello.
Por otro lado, me molesta tener que competir con empresas españolas de mi sector con rentabilidad negativa, mantenidas por los bancos por razones estratégicas, y que representan una competencia desleal dentro y fuera de España. Este hecho me crispa especialmente.
¿Qué conocimientos o habilidades fueron las que más echaste en falta al poco de montar tu negocio?
Echamos en falta aquellas habilidades que te proporciona la experiencia. Desgraciadamente nadie aprende por cabeza ajena. El sentido común es importante, pero a veces hay que improvisar decisiones y no se tienen suficientes elementos de juicio. Al principio hay un gran riesgo de cometer errores. A veces, esos errores resultan ser demasiado caros. Quizás ahí la suerte desempeña un papel importante.
¿Y qué es lo que más has aprendido durante todo este tiempo?
Sin constancia no es posible emprender. Esto es una carrera de obstáculos donde cada día hay que poner en valor el conocimiento adquirido. Hace falta tiempo, esfuerzo y mucha perseverancia para llegar a la meta. Definitivamente emprender es una carrera de fondo, y cuantos más aliados tengas, más fácil será tener éxito. Nadie sobrevivió cultivando enemistades, e invertir en alianzas es invertir en futuro.
Según tu experiencia durante este tiempo, ¿cuál es el mejor consejo que le darías a quienes empiezan a emprender ahora?
Disfruta de tu proyecto sin pensar en el dinero. Conoce tus carencias y busca aliados que las cubran. Date tiempo y aprende de tus errores. Sé generoso y nunca dejes de caminar.