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Mejora tu beneficio: ¿has evaluado tus flujos logísticos?

Hace décadas, un director de logística pensaba que su cometido era tener el producto entregado en el lugar adecuado y momento oportuno (right place, right time).

Actualmente, la logística se concibe como un proceso que se denomina Cadena de Suministro. La cadena de suministro abarca desde las compras a proveedores hasta la entrega final del producto al cliente.

Unos procesos logísticos óptimos satisfacen al cliente y aporta diferenciación respecto a nuestros competidores. Aumenta la satisfacción del cliente, lo fideliza y como consecuencia, vendemos más producto.

Para ser eficientes en los procesos logísticos, se debe empezar desde la gestión de compras. Tendemos a negociar el precio con los proveedores y poco más. Hay más variables que deben intervenir en la negociación: entrega rápida y a tiempo, producto en perfectas condiciones, empaquetado adecuado, cantidad de pedido, Etc.

Lo anterior, nos permitirá reducir inventarios en nuestros almacenes. Si nuestro proveedor no nos falla, podemos disponer tan sólo días de demanda de nuestros clientes. No semanas o meses. Esto puede traer una reducción significativa de costes:

• Minimizamos espacio: el m² de almacén tiene un coste, también las estanterías, kilómetros recorridos del personal (tiempo), carretillas (combustible), etc.

• Si no disponemos de un programa informático que pueda gestionar las existencias podemos romper stocks, realizar entregas equivocadas al cliente tanto en cantidad como en las referencias pedidas por el cliente. Todo lo necesario para que el cliente no nos vuelva a comprar y así bajar nuestras ventas.

• La inmovilización financiera que supone tener grandes cantidades de producto en el almacén.

• A mayor cantidad de referencias y existencias, más organización y más recursos

• Riesgo de obsolescencia. Compras masivas que no se venden generan caducidades u obsolescencia.

Todo esto puede evitarse desde el principio. Trabajando con el proveedor adecuado que no suele ser el más barato.

A la hora de la entrega, también debemos tener un buen aliado. Nuestro transportista ha de ser de confianza. Deberá entregar el producto tal y como salió de nuestras instalaciones, en la fecha y lugar acordados. Una mala entrega a nuestros clientes de forma repetida, adiós cliente.

También se pueden ahorrar costes en el transporte. Por ej.

• Optimizando el formato del embalaje. Todos podemos pensar en IKEA donde no solo optimiza la carga del camión sino que necesita menos espacio de almacenamiento.

• Optimizando los tamaños de lote de pedido. Puede ahorrar transporte y costes de empaquetado

• Negociando unas tarifas anuales con varias empresas de transporte / mensajería

Os recomiendo preparar unos indicadores que midan estas variables. Tanto en las entregas de nuestros proveedores, almacenamiento y preparación de pedidos así como la entrega al cliente.

Uno ejemplos de indicadores logísticos pueden ser:

• Nº Envíos transporte urgente

• Coste transporte urgente

• Valor Inventarios. Vueltas. Días

• % Entregas a tiempo

• Duración media de pedido/entrega

• Nº roturas de stocks (sin existencias en almacén) / mes.

Por último, resaltar que desde hace ya unos años, se están utilizando técnicas Lean en la gestión de la cadena de suministro. En la literatura especializada se le suele llamar Supply Chain Management.

Un área de la empresa a desarrollar tanto a nivel de costes como el grado de satisfacción de nuestros clientes. Es un verdadero potencial que puede convertirse en una ventaja competitiva.

 

Juan Carlos Catalá Domínguez (ANALISER) – 21 de septiembre de 2017

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