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¿POR QUÉ TENGO QUE HACER UN PLAN ESTRATÉGICO EN MI EMPRESA?

Solamente la pasión, tangibilizada en una visión y construida, día a día con la misión de la empresa, permitirá a las compañías estar en el futuro afrontando y cubriendo las necesidades de los mercados del mañana.

El mercado en el que actualmente compiten las empresas es un mercado complejo y una compañía no se podrá gestionar de forma eficiente sin disponer de un plan, y ese plan tiene, necesariamente, que coordinar, impulsar, integrar, motivar y comprometer a toda la organización; por eso es necesario un plan estratégico.

La estrategia es la disciplina que ayuda a identificar, abordar y alcanzar los grandes retos que tienen las compañías y ello les permite:

  1. Poner el foco en los objetivos.
  2. Alinear a toda la compañía.
  3. Aumentar la rentabilidad.
  4. Disponer de una visión global de hacia dónde va la empresa.
  5. Mejorar la calidad de la gestión de los directivos.
  6. Implicar, de forma consistente, a los empleados.
  7. Evitar la inversión en recursos innecesarios.
  8. Eliminar los costes de la no planificación.
  9. Asegurar la coherencia interna y externa haciendo a la empresa más consistente.
  10. Disponer del compromiso de los accionistas.
  11. Aumentar la reputación ante terceros.

No obstante es necesario que, desde el vértice de la empresa, desde la dirección, exista lo que nosotros llamamos conciencia estratégica, es decir, tener el conocimiento corporativo responsable de la situación de la compañía, de a dónde se quiere ir y de lo que tiene que hacer la empresa para avanzar en esa dirección.

En ese avanzar en la estrategia es necesario hacer un análisis estratégico interno y externo, del mercado, construir un proceso creativo de generación de ideas, valorar cada alternativa y racionalizarla, formular la misión, la visión y la propia estrategia, tener claro que una nueva estrategia necesita una inversión que la soporte y que la impulse, disponer de un equipo que trabaje duro con las responsabilidades claramente definidas y asignadas, que ese “equipo” trabaje realmente en equipo con programas y acciones, alineados con metas y objetivos y midiendo los avances del trabajo para saber si se están alcanzando los resultados previstos, y , por supuesto, es necesario corregir las posibles desviaciones.

Todo lo anterior tiene que llevar a la empresa a cubrir las necesidades y expectativas de los clientes, a que estos clientes se sientan satisfechos y, como consecuencia, se cumplan los objetivos y se alcancen los necesarios resultados financieros. La consecuencia final de todo ello es la excelencia empresarial y la satisfacción de los empleados y accionistas.

Pues bien algo, tan necesario y “simple”, (nadie ha dicho que sea fácil), no está en la agenda de los directivos de muchas empresas y, en demasiadas ocasiones, se trabaja de forma reactiva, sin ninguna planificación y “desconociendo” que la proactividad es lo que hará de las empresas puedan afrontar el futuro con garantías.

¿No le merece la pena tener un plan estratégico para construir hoy su futuro?

José Ángel Morales Medrano Socio – Fundador Musashi asesores consultores

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